Aunque Argentina parece que está cada vez más cerca de salir del ‘túnel’ en el que parecía encontrarse su economía, las turbulencias financieras que sufrió el país, las cuáles recordaron a las crisis que sufrió en décadas pasadas, han causado muchas dudas entre los expertos, quienes no terminan de creer que los problemas se han terminado.
El país enfrentó una fuerte devaluación del peso frente al dólar, de casi 20%, y perdió casi US$10.000 millones de sus reservas, lo que llevó al Emisor a incrementar la tasa hasta el 40%, colocar US$3.000 millones en bonos y solicitar ayuda al FMI, petición que se presentó al directorio el pasado viernes. Esta jugada calmó al mercado, que repuntó 6,33% en la semana, y estabilizó el tipo de cambio.
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Sin embargo, más allá de la vuelta a la tranquilidad, los temores que suscitó el episodio y las dudas de si el país va camino a una nueva crisis, (como la del 2001), han puesto de relieve los problemas que enfrenta.
“Argentina tiene muchos problemas económicos estructurales, especialmente en el frente fiscal. Aunque el Gobierno de Macri ha emprendido reformas, aún queda mucho para restaurar la sostenibilidad fiscal a mediano plazo. El alto déficit, del 5% del PIB, debe disminuir, al igual que el muy elevado déficit en cuenta corriente (también alrededor del 5%). Además, Argentina necesita reducir su exposición a la deuda en moneda extranjera, así como la inflación”, afirma la economista del Peterson Institute for International Economics, Monica de Bolle.
Por su parte, Jeffry Frieden, experto en economía internacional de la Universidad de Harvard, deja claro que los problemas existen. “Hay aspectos de la economía que requieren reformas. Argentina necesitará encontrar formas más efectivas de interactuar con los mercados mundiales de bienes y capital. Pero sus problemas estructurales no son la fuente de dificultades actuales”.
(Argentina mantiene la fe en Macri a pesar de la caída del peso).
Sin embargo, aunque el país enfrenta problemas estructurales, la pregunta es si estos le pueden llevar a una nueva crisis como las que vivió en el pasado. “Es posible que los problemas actuales puedan colapsar hacia otra crisis severa, como enfrentó en 2001. Pero esto no es inevitable. La deuda externa del país no es tan grande y los desequilibrios macroeconómicos no son tan graves. El Gobierno tiene una posibilidad razonable de obtener el control de la macroeconomía antes de que las cosas salgan de control”, resaltó el experto de Harvard.
Ante esta cuestión, de Bolle también considera que la situación no es tan grave. “A pesar de que Argentina enfrenta algunos de los mismos problemas del pasado, la situación actual es diferente. El Gobierno está en el proceso de llevar a cabo un ambicioso esfuerzo de reforma para hacer frente al legado y tiene un marco de política diferente: tiene un régimen de metas de inflación y tipos de cambio flotantes, en lugar de los tipos de cambio fijos del pasado. Por último, no enfrenta el riesgo de un incumplimiento desordenado: sus niveles de deuda son moderados y las reservas son suficientes para cubrir las obligaciones financieras”.
FUERTES TEMORES AL FMI
Más allá de los problemas que enfrenta, la petición de ayuda al FMI generó grandes temores en la población del país por las vivencias pasadas. “Argentina y el Fondo tienen una historia muy problemática. La experiencia dejó muchas cicatrices y es comprensible que la población vea al FMI con desconfianza. Dicho esto, el FMI es una institución diferente de lo que era hace 20 años”, dijo de Bolle.
Frieden, de igual forma, destaca que “el FMI está asociado, en la mente de la mayoría de los argentinos, con dolorosas medidas de austeridad y profundas crisis económicas. Pero parte del miedo es exagerado”.
Para frenar las críticas, la directora del FMI, Christine Lagarde, afirmó el viernes que la política económica del país, “está en las manos de Macri”.